jueves, 3 de abril de 2008

Laberintos

El pasillo se repite desde sí mismo, cada puerta son más puertas, y más pasillos. A veces, en el suelo, pan y una jarra de agua. Suficiente para recobrar fuerzas y proseguir. Entonces la luz desaparece y anda a tientas, más lentamente. Tras un tiempo de deambular desorientado vuelve la luz, y puede percibir el aroma a comida caliente llegando de alguna bifurcación. Sigue el olor, y llega a una sala donde tras unas rejas hay carne asada. Junto a la reja una palanca.

Desde lo alto,fuera de los pasillos y las puertas, el dios se delita viendo como progresa su pequeño experimento. Anota tiempos y evalúa reacciones. tal vez algún día esto tenga algún resultado importante